Londres, 1º de septiembre. La telenovela Robinho-Real Madrid tuvo un sorpresivo desenlace, cuando el club merengue aceptó la tentadora oferta por 42 millones de euros de un Manchester City en el que los nuevos dueños arribaron con la chequera abierta para reforzarse.
Los dimes y diretes entre el técnico Bernd Schuster, el jugador y el presidente Ramón Calderón tuvieron final abrupto cuando todo apuntaba a que sería traspasado al Chelsea. El brasileño devengará unos 6 millones de euros en las cinco temporadas que firmó. El directivo merengue dijo que cobrará el traspaso de contado y que la operación “es lo mejor para el jugador y para el club”. Rechazó que el equipo español haya realizado la venta por interés económico. “No necesitamos dinero; hemos vendido a Robinho por razones de índole humano. El hecho de que haya aceptado una oferta del Manchester City dice que no se va por razones deportivas”, admitió.
Robinho, en abierto desacuerdo con Schuster, no fue convocado para el partido inaugural que su equipo perdió ante Deportivo La Coruña, y Calderón comentó que Robinho “es un chico estupendo, pero mal aconsejado. Schuster creía hasta ayer que podía recuperarlo anímicamente, pero no ha podido ser”.